Abogado de lavado de dinero, blanqueo de capitales, narcotrafico

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Defensa penal de acusados por blanqueo de activos: España Colombia México Estados Unidos Argentina Venezuela

No todo abogado penalista, por el solo hecho de serlo, se encuentra capacitado para asumir la defensa en casos de lavado de dinero. La especialización, desde cualquier punto de vista, y en cualquier materia,  es un mérito o plus que convierte a detentor en el profesional idóneo para ejercer en el área de que se trate.
Esta sabia fórmula es sustancialmente  aplicable en la defensa penal de un acusado de lavado de dinero. Se trata de una figura delictiva que trasciende mucho, en su construcción, los lindes del derecho penal, para adentrarse en el campo del derecho económico, financiero, en fin, en el mundo empresarial y fiscal.


El lavado de dinero, o blanqueo de capitales, consiste básicamente en el ocultamiento del origen ilegal del dinero, para poder insertarlo en el tráfico monetario lícitamente. Para quienes obtienen las grandes ganancias típicas de los negocios ilegales, tales como el narcotráfico, el tráfico de armas, la trata de personas, el comercio ilegal de órganos humanos, y otros, el simple ocultamiento de sus ingresos no es suficiente. Ocultar dinero en efectivo no es difícil, a la antigua usanza de corsarios y piratas. Pero el efectivo no justificado no resulta apto para usar sin levantar sospechas, máxime en las grandes cantidades que un nivel de vida por todo lo alto demanda constantemente.


El desarrollo alcanzado en las áreas del mercado, la banca, las inversiones, y las operaciones financieras en general, es el responsable de  que  el blanqueo de capitales consista en malabares sumamente complejos, no siempre fáciles de detectar, y mucho menos de probar. Los agigantados pasos con que avanza la tecnología contribuye a ello, llegándose a usar criptodivisas en las operaciones de lavado de activos.


Levantar cargos por lavado de dinero es una acción que no se lleva a cabo sin una amplia investigación previa, siendo que cuando se aprehende al sospechoso y se formula acusación se cuenta con un vasto material probatorio.


La valoración y el análisis detallado de dichas evidencias es el punto de mira de la actividad de la defensa. Para ello se precisa apoyo especializado en aquellas áreas donde radican las fuentes de la probanza acusatoria.


La defensa se concentra en los pasos básicos que usualmente se ponen en práctica para el proceso de limpieza del capital ilícito. Primeramente se realiza la colocación, que es la maniobra para ubicar los fondos dentro de otros activos lícitos, por ejemplo en cuentas bancarias de persona no natural, preferentemente protegida por un fuerte secreto bancario. Esta fase es la más frágil, y donde más susceptible es de probar el delito, debiendo la defensa dirigir sus esfuerzos a la legitimidad del procedimiento legal para acceder a esta información. 

Luego, se procede a la estratificación, que consiste en realizar múltiples y complejos movimientos del capital, para conseguir alejarlo lo máximo posible de su origen, y dificultar infinitamente el rastreo. Las formas más comunes de ejecutar estos movimientos es a través de sucesivas trasferencias a diferentes cuentas, o la realización de inversiones mediante la adquisición de propiedades.

En esta etapa, la defensa debe preparar una sólida presentación de la licitud de las transacciones que se señalan como maniobras de estratificación. La última fase del proceso de lavado del dinero es la integración, momento que consiste en la inserción del capital en el tracto económico, dándosele uso legal  mediante la inversión de grandes sumas en negocios que generan lucro.


El manejo de los fondos mal habidos, además de conducir al riesgo de ser procesado por lavado de dinero, redundan en una forma de complicidad con el delito que engendró dicho peculio. Recuérdese que el “dinero sucio”, que precisa ser lavado, proviene de actividades delictivas, que entrañan su propia responsabilidad penal.


El derecho tributario, léase las normas de la administración tributaria, que regentan el funcionamiento fiscalizador de la hacienda pública, es una de las fuentes de detección de operaciones de lavado de dinero. Así, la férrea disciplina en la satisfacción de las obligaciones fiscales del acusado es una herramienta para enfrentar las pruebas acusatorias, aunque no cien por ciento determinante.

Ciertas técnicas de lavado de dinero que implican  el uso de elementos considerados sospechosos por la política fiscal internacional, como los paraísos fiscales, y la creación de empresas offshore, conducen a un inevitable fortalecimiento de la posición acusadora. Así mismo, invertir en actividades lucrativas que según la política del Estado en cuestión sea catalogada como vulnerable, atrae la mirada inquisidora de la ley,  y nutre a la parte acusadora en un proceso por lavado de dinero.


Se recomienda a empresarios y agentes activos del mundo del comercio ser asesorados por personal altamente calificado en todas sus operaciones comerciales y financieras. Fundamentalmente tener ojo avizor con las inyecciones de capital externo, de cualquier forma en que se realicen. Un negocio perfectamente lícito, pero suficientemente grande como para necesitar inyectar liquidez a gran escala y con frecuencia, se convierte en blanco perfecto como instrumento para el blanqueo de capitales.  


Una última recomendación para quienes enfrenten una acusación por lavado de dinero, es auxiliarse jurídicamente por profesionales integrales, o un equipo multidisciplinario que sea capaz de abarcar todas las áreas necesarias.